El edificio Arapiraca. de uso residencial y comercial, se sitúa en una parcela de 8000 m² en el barrio de Vila Madalena de São Paulo. El edificio está destinado a la clase media joven, con una sensibilidad por el diseño y la innovación. Triptyque tuvo que diseñar un proyecto con más de 40 apartamentos, 250 m² de área comercial y una altura impuesta de 25 m y con dos entradas independientes desde calles separadas con un desnivel de 12 m.
El objetivo principal del proyecto consistía en proyectar un edificio que se relacionase con su entorno, de manera que no rompiera el equilibrio sociocultural del barrio. La zona donde se implanta es residencial, popular y ocupada históricamente por trabajadores portugueses. La estrategia que se siguió consistía en dividir la parcela en pequeñas unidades para mantener la escala local del entorno y obtener un horizonte panorámico dividido que se relacionara mejor con el paisaje urbano discontinuo de São Paulo.
El proyecto consta de 8 unidades separadas con una torre de comunicación central que da acceso a los apartamentos. La aleatoriedad en la disposición de los 8 edificios y apartamentos responde a la apariencia anárquica de los edificios del barrio. Cada apartamento es único y por lo tanto reconocible por su propietario desde el exterior. La diversidad de escala y forma de las diferentes unidades y el espacio entre ellas hacen que el proyecto se adapte a cualquier tipo de estilo de vida y demanda.
Otro de los objetivos de Triptyque fue devolver espacio a los residentes de esta zona tan densamente poblada. En la planta baja conviven los jardines públicos y las tiendas, borrando los límites habituales entre el espacio público y el privado. La interacción entre los habitantes también se facilita a través de las pasarelas, acercando el edificio a la idea de barrio.
Para la materialización del edificio se emplearon dos materiales principales: el hormigón proyectado en las fachadas exteriores y los azulejos en las fachadas interiores. Estos dos materiales son guiños a la cultura brasileña. El hormigón proyectado suele utilizarse para viviendas populares, es rugoso y da un aspecto primitivo a las fachadas exteriores del edificio. Por último, los tonos grises del hormigón y del metal hacen destacar el azul y el blanco de los azulejos.
El estudio estudió la historia del barrio detalladamente para la incorporación de ideas en el proyecto. Un ejemplo es el pegamento que se utiliza habitualmente para aplicar las baldosas, y que, en este caso se deja expuesto deliberadamente para la comunicación visual (número de apartamento, señalización, etc.).