El objetivo del proyecto es integrarse de la manera más respetuosa posible en el contexto, respetando las volumetrías establecidas por el planeamiento sin alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la zona, calificada como Conjunto Histórico-Artístico.
La construcción del hotel puede significar también una nueva sensibilidad hacia el delicado contexto tanto urbano como paisajístico de esta isla, provocando un impacto positivo en el cambio de modelo turístico hacia un escenario menos masificado. Tratamos, por tanto, de dar respuesta tipológica a ese nuevo uso del alojamiento temporal colectivo, esa especie de casa más grande y más pública.
De la vivienda tradicional local se pretende reproducir su fluidez en sección mediante una concatenación de recorridos y espacios que conectan las plantas a través de medios niveles y vistas diagonales interiores, desarrollando un recorrido continuo desde el acceso hasta la cubierta. La ausencia de pasillos crea relaciones a través de espacios generosos. El espacio a doble altura en planta baja enlaza diagonalmente con un gran distribuidor en planta primera iluminado cenitalmente por 2 lucernarios que asoman en cubierta.
Destaca el tamaño de la puerta de entrada: un gran hueco que busca la percepción del edificio como algo más público, un gran enrejado que crea un espacio previo abierto a la calle y ventilado.
La fachada presenta, además del gran enrejado de acceso, una composición de huecos sencilla, con una ventana en planta baja y balcones en planta primera. Por su parte, el alzado trasero presenta una composición de huecos verticales iguales en ambas plantas, con enrejados como filtro visual y protección en planta baja y balcones en la planta superior.
En cuanto a la distribución, en la planta baja se encuentra un gran espacio común en su zona delantera que actúa a modo de recepción y un espacio para servicios comunes. Esta sala permite organizar el funcionamiento general del hotel y además, gracias al zaguán exterior y al gran hueco de acceso, permanece iluminada y ventilada de forma natural. El lado norte de la planta baja se reserva a 3 habitaciones a las que se accede a través de su propio distribuidor.
En la planta primera, el espacio distribuidor da acceso a las 7 habitaciones restantes: 5 de la propia planta (2 a sur y 3 a norte) y 2 a las que se les da acceso a través de escaleras independientes que suben hasta la planta bajo cubierta, creando 2 estancias más generosas, similares a la especie de cuarto o “estància de més amunt” de la casa tabarquina tradicional.
El proyecto, finalmente, se ha materializado buscando integrar los materiales tradicionales presentes en el contexto de la isla, entendiendo la construcción del hotel como un conjunto soluciones constructivas ya testadas históricamente en el lugar en cuanto a durabilidad, mantenimiento y funcionalidad. Se trata de reinterpretar la ejecución de dichos materiales hacia una manera más contemporánea de entender “lo construido”.
En este proyecto se han utilizado principalmente y en gran medida materiales cerámicos, debido a su diversidad en cuanto a formatos, acabados y colores, su facilidad de ejecución, su versatilidad tanto para usos exteriores en cubierta (impermeabilización) y pavimentos (fricción y desgaste) como para interiores en suelos y paredes de baños (estanqueidad) y por ser productos naturales procedentes de la tierra, el barro y la arena, que generan ambientes naturales, tranquilos y confortables.
Así pues, hay 3 elementos importantes en los que la cerámica ha dado la respuesta adecuada a las exigencias del proyecto: el ladrillo de la cubierta se ha utilizado como elemento estructural en los suelos, como complemento de la estructura vista de vigas y viguetas de acero; la teja de arcilla se ha utilizado como alternativa a la teja plana de la cubierta, debido a su versatilidad para ser utilizada tanto en elementos verticales como horizontales, apareciendo también en el muro de recepción y como pavimento del espacio común a doble altura de la planta baja; finalmente, la teja tradicional ha servido para conseguir una solución abierta de baño en las habitaciones, tanto en suelos como en paredes e incluso formando fregaderos cerámicos artesanales únicos.
Familia Santacruz (Casa IAIA Providencia S.L.)
Diego López Fuster
Subarquitectura (Andrés Silanes, Fernando Valderrama, Carlos Bañón)
Ingeniero de Estructuras: Eduardo Díez
Aparejador: José Luis Pérez Molina
Ingeniero de Instalaciones: David Berenguer
Construcciones y Reformas García Antón S.L.
Jesús Granada
Premios Cerámica ASCER 2017: Segunda Mención Especial