La Universidad Popular Infantil de Gandía se ha proyectado desde el lugar, un parterre del parque Ausiàs March con seis grandes moreras, y desde el material, una pieza cerámica seriada que construye tanto cerramientos como cubierta. La UPI construye el perímetro del parterre-parcela existente en la ribera sur del río Serpis, liberando un claro en torno las copas de los árboles. De esta manera el volumen propuesto no altera la trama del parque y construye el propio trazado del jardín, incorporando un patio para el arbolado -que se salva de la tala prevista- y reutilizando la jardinería, una operación a favor del ajustado presupuesto que optimiza el coste final e incorpora las moreras a favor del proyecto. Frente al parque y desde el único hueco representativo de la UPI, se divisa el perfil histórico de la ciudad, con edificios como el Palau dels Borgia o el hospital de Sant Marc, ahora Museo Arqueológico.
La UPI se plantea como un centro experimental para niños de 1 a 12 años donde pueden desarrollar su creatividad, ampliando sus conocimientos fuera del contexto escolar en un ambiente singular. Las unidades temáticas para pintura, teatro, lectura… se organizan en una única planta alrededor del patio en piezas independientes y acristaladas. Cada taller es autónomo, conformando todo el conjunto un parque cultural atractivo para los niños, vinculado a un espacio libre exterior, protegido y controlado, donde también hay una grada para cuenta cuentos y un arenero circular a la sombra de las moreras.
La UPI apuesta por un edificio claro y rotundo que lleva implícitas la economía de ejecución y el mantenimiento. El parterre pentagonal se levanta con un cerramiento ligero cerámico, despegado del suelo y de altura variable, según los planos de la cubierta inclinada -también cerámica-, que se horada con el perfil lobulado de las copas de las seis moreras. La amplia cubierta cerámica quebrada configura exterior e interior. En el interior suelos de linóleo azul y techos de viroterm, para absorción del ruido infantil, son el acabado para la estructura vista de muros de hormigón. La puerta de acceso, abierta hacia las vistas del río, da paso al patio lobulado central que enlaza espacios abiertos, porches y aulas. Sin embargo hacia el exterior el edificio se presenta sobrio y continuo, como una gran empalizada cerámica, evitando el uso de las inevitables vallas y cerramientos en arquitecturas escolares.
Premios Cerámica ASCER 2011. Mención de honor categoría Arquitectura