Debido a las distintas reformas hechas por los propietarios el piso contaba solamente con la luz de la fachada principal. La fachada trasera había sido tapiada para construir un baño y una cocina, con lo cual, la terraza había quedado reducida a un pequeño patio entre estos dos volúmenes.

Decidimos recuperar la terraza derribando parte de estos volúmenes y la colmatamos con una habitación y una jardinera al fondo que actúan como filtro visual y climático. En el centro, una fuente preside el espacio con el fin de amenizar una tarde de verano.

Por otra parte el volumen de la casa entre medianeras había quedado confinado sobre el falso techo. Recuperamos este volumen bajo cubierta construyendo un altillo. Una grada a planta primera nos pareció la mejor manera de conectarlo.

En el interior, el baño, situado en el centro de la planta articula tres espacios sin uso especifico. Tres espacios donde indistintamente se puede estar, dormir, o trabajar. Dos de ellos están volcados al exterior y el tercero es un altillo sobre el baño. Quizá, Dánae sirvió de inspiración para convertir la ducha de este baño en un lucernario a través del cual poder iluminarlo.