Desde las primeras fases del proyecto del IES Jaume I se decidió el empleo de la cerámica coloreada, con la que se buscaba que dotase de carácter y singularidad al edificio, por su contraste con el aspecto másico del hormigón prefabricado. La utilización del azulejo, material tradicional y económico, dotado de gran versatilidad de colores, formatos y de fácil colocación, nos permitía que con un solo elemento resolviéramos todas las necesidades de los acabados del edificio tanto en el interior como en el exterior.
En la formalización del proyecto, se revisó la pieza cerámica y la manera clásica de emplearlo, para explotar al máximo las posibilidades plásticas del material. Gracias a los distintos colores del esmaltado de los azulejos, podemos ubicarnos fácilmente dentro del edificio a la vez de aportar dinamismo en los recorridos internos y dotar de calidez los espacios de relación. Las facilidades de montaje y sus posibilidades de colocación, permitía que fuese la cerámica la que relacionase el interior y el exterior del edificio, a través de los patios de colores. Las propiedades intrínsecas del material beneficiaban en todas las anteriores premisas, también como su resistencia e higienismo tan importante en este tipo de edificios.
Por todo esto se optó por el empleo de un azulejo cerámico de tamaño 20 x 20 cm con precorte 10 x 10 cm, rejuntado con mezcla cementosa con aditivos de color tomado con mortero de cemento cola con ligantes mixtos sobre enfoscado de mortero de cemento 1:5 maestreado. En los patios, por tratarse de espacios exteriores con grandes cambios de temperatura, se colocaron juntas tanto horizontales como verticales, para evitar desprendimientos y facilitar la sujeción.