Creado como escuela primaria en 1897, el edificio de la Biblioteca de Nembro ha albergado muchos usos a lo largo del tiempo, como el ayuntamiento, una guardería y hasta un consultorio médico. El ayuntamiento necesitaba resolver el estado de abandono del edificio, transformándolo en una biblioteca y ofreciéndole a la ciudad un equipamiento dedicado a la educación y a la información de los habitantes. La posición estratégica en la malla urbana, el carácter arquitectónico de la estructura original, cerrado en tres lados, y la necesidad de nuevos espacios, conducían a la adición de una nueva ala que cerrase el lado abierto, el cual encaraba en su día al patio.
La nueva construcción, conectada por el sótano, está separada de la estructura existente por todos sus lados, enfatizando una diferencia que, en vez de un plano conectado, atestigua una elección constructiva y formal que establece un contraste dialéctico con el carácter histórico del edificio original. Totalmente transparente, el edificio está caracterizado por su superficie, compuesta por piezas de barro cocido de dimensiones 40 x 40 cm, esmaltadas en rojo carmín y soportadas por una estructura hecha de perfiles metálicos pareados. Está técnica constructiva ha hecho posible filtrar la luz solar y protegerse de ella. El esmalte tradicional ha sido elegido precisamente por las características distintivas del material, su comportamiento como protector solar y su vínculo con los métodos constructivos tradicionales, pero también con la imagen contemporánea creada gracias a la técnica de ensamblaje y su durabilidad. Un amplio espacio con ordenadores de consulta está localizado en el sótano, el cual también ofrece acceso al nuevo edificio y a su sala de lectura, que contiene, a modo de cofre, los preciados libros disponibles para consulta. La triple altura es explotada por dos entresuelos, albergando numerosas mesas de lectura, mientras que las salas principales de estudio están localizadas en planta baja y planta primera del antiguo edificio.