Las ciudades crecen hoy tanto en su extensión como en la complejidad de su actividad y necesitan redefinir la configuración y el funcionamiento de sus centros, estos ya no serán tanto espacios concretos sino complejos sistemas urbanos. El proyecto aborda la reconfiguración del espacio de la plaza mayor frente al Ayuntamiento de Villareal. Dicha plaza no se relaciona ya sólo con el Ayuntamiento sino que es parte de un conjunto urbano mayor, al que el aparcamiento público situado en su cota inferior da servicio, para convertirse en un factor importante de su vitalidad económica. Para conseguir esta condición de activador del entorno del que forma parte se proponen las siguientes actuaciones:
1. Reformular la circulación rodada permitiendo únicamente a los vehículos el acceso al aparcamiento público.
2. Situar y apoyar los elementos que definen y caracterizan el espacio de la plaza sobre los elementos que emergen del aparcamiento. Las entradas rodadas se cubren con dos taludes verdes accesibles, en donde se delimita un área protegida de caídas para jugar o tomar el sol. Apoyándose sobre los muros perimetrales del aparcamiento y cubriendo una de sus entradas peatonales se despliega una cubierta que define un área de sombra en continuidad con las de las galerías de la Plaza de la Vila, que resultará fundamental para el uso de este espacio en verano.
3. Entender la plaza como una plataforma equipada, continua y libre, que no obstaculice sino que posibilite la mayor cantidad y variedad de actividades posibles.
La relación actual entre las plazas denota una violencia aún latente, no sólo debido a una importante falta de identidad de Plaza de la Vila, sino a causa de la relación directa entre diferentes escalas pertenecientes a dos modelos distintos de ciudad. El proyecto no tiene la intención de recuperar escenarios pasados, sino que trata de explorar las posibilidades que el contexto actual ofrece. Podemos recuperar la geometría del espacio, la secuencia de sombras y la continuidad de sus galerías bajo-cubierta, mediante el uso de un elemento intermedio en forma de marquesina capaz de crear un espacio urbano ofreciendo diferentes escalas a cada plaza. Por un lado, construye uno de los ángulos de la Plaza Mayor, desde el cual podemos percibir una dimensión acorde al espacio, y por otro define uno de los ángulos de la Plaza de la Vila, articulando las dos plazas mediante un umbral que proyecta una visión fragmentada correspondiente a su escala. Su desarrollo a lo largo del eje de la Calle Mayor se convierte en una puerta de acceso a la Plaza Mayor.