Vivir en una planta implica continuidad y fragmentación de espacios sin perder la unidad del conjunto. La vivienda articula su amplio programa en planta y es la sección quien matiza y define los distintos espacios interiores y exteriores, estableciendo transiciones entre ambos con límites algo más que difusos, casi inexistentes. Materia, geometría y espacio trabajan en sintonía y, al mismo tiempo, varían constantemente sus relaciones dando lugar a espacios muy diversos, pensados acorde a las necesidades del habitante. Libertad y privacidad se entienden para conseguir los objetivos inicialmente establecidos.